Aburrido en el lugar de trbaajo [Sandra]

Había estado curando solo a un par de internos que se habían pegado, lo típico en lugares así, cortes y golpes , nada imposible de curar, la enfermería estaba totalmente vacía, no había ninguna epidemia, ni ninguna enfermedad que se estuviera propagando rápida por el internado, simplemente accidentes pequeños y tontos, que no se necesitaba nada de tiempo para curar. Trás acabar con los dos chicos y dejarles marchar solos, diciéndoles que no se pelearan mientras iban hacia su clase o habitación, sin importarle si lo hacían, él solo tenía que vigilarles dentro de la enfermería. Dejó la puerta abierta para que si llegaba alguien se diera cuenta de que estaba abierto.

Él se dirigió al pequeño despacho improvisado que había montado justo al lado de la entrada. Cruzándose de brazos, empezó a repasar algunos expedientes de los alumnos que había atendido, la mitad no tenían enfermedades, nada más que gripes y esas cosas, el resto, los que sí tenían, ya los había controlado. Se quedó observando a la pared, ensimismado, eso de no tener trabajo no le gustaba, porque mientras estuviese en su horario, debía estar allí sin poder salir. No podía ni entretenerse, ya que debía estar pendiente de todos los enfermos o accidentados que llegásen, en teoria en un internado, con tantos rebeldes, pasaban muchas cosas, no?.

Estaba ensimismado mirando hacia la pared, pensando en el trbaajo, si tendría algo que hacer antes de que terminara la espera. Luego empezó a pensar en las chicas que estaban bien dentro del internado, con una sonrisa, del cuerpo docente había muchas y de internas también. Entonces oyó una voz que le interrumpió en sus pensamientos, pero era lo que esperaba cerró el dossier en un armario y se fijó en la chica, ya la conocía, era Sandra, eran amigos y ella era atractiva, porque no reconocerlo?

Sonrió y se levantó de su sitio - No no interrumpes nada, que sorpresa verte por aquí Sandra, desde cuando me viene a visitar una chica tan guapa a la enfermería? - Se levantó guiñándole un ojo y añadió - Te encuentras mal? cuentame, que ocurre - Se acercó a ella con una sonrisa, lo bueno de ser el enfermero era que siempre curaba muy bien a las chicas, también a los chicos, pero especialmente a las chicas. Se quedó mirándola, parecía que su amiga no le había reconocido al instante.

Se rió al ver que su amiga le reconocía - Si, yo, exactamente. Esa pregunta debería hacerla yo, tu eres profesora y eras de las buenas, yo siempre he aparentado ser un chico que acabaría siendo un buen médico, pero la fiesta me pudo - Se rió ligeramente. La abrazó contra él, en un abrazo de complicidad, de amigos. Ella estaba igual de atractiva que siempre. Al final, la tarde no acabaría estando tan mal como había pensado, trás preguntarle si estaba bien, oyó que ella si lo estaba.

Iba a preguntarle a que había ido entonces y oyó lo de la interna, comprendió entonces, lo que sucedía - Vaya, el tobillo? en clase de danza? eso debe doler, así que aún enseñas danza eh? - Se rió ligeramente - A ver que día me enseñas alguna danza de estas exóticas, prometo enseñarte algo de medicina yo también - Le guiñó un ojo mientras miraba a la chica, esperando que le indicara donde se encontraba la chica que debía atender.